Un nuevo estudio a cargo de investigadores chinos señaló que las personas que consumen frecuentemente alimentos fritos, tienen mayor riesgo de sufrir ansiedad y depresión.
El estudio arrojó que entre el 7% y 12% de las personas que consumen este tipo de alimentos tienden a desarrollar trastornos mentales más rápido.
El estudio publicado en PNAS también demostró que los consumidores de comida frita que desarrollan desórdenes mentales son más comunes entre hombres jóvenes.
La investigación se llevó a cabo a través de un estudio poblacional en el que se profundiza las causas de la depresión y la ansiedad, los investigadores chinos hicieron uso de peces cebras a los que se les expuso a la acrilamida, un compuesto producto de la fritura de los alimentos.
¿Qué es la acrilamida y cómo afecta?
La acrilamida es un compuesto químico que se forma naturalmente en productos que tienen almidón y que son cocinados a altas temperaturas, como lo puede ser: frito, tostado, asado e incluso en procesos industriales a 120 grados y con poca humedad.
“La exposición prolongada a la acrilamida induce ansiedad y comportamientos depresivos a través de la neuroinflamación mediada por el estrés oxidativo”, escriben los investigadores.
Los resultados de la investigación “aportan pruebas sólidas para desentrañar el mecanismo de la ansiedad y la depresión desencadenadas por la acrilamida, y ponen de relieve la importancia de reducir el consumo de alimentos fritos para la salud mental” concluyeron los investigadores.
El aumento de la depresión en los últimos años
Los desórdenes mentales aumentaron en los últimos años, siendo los más prevalentes a nivel global la depresión y la ansiedad, trastornos que aumentaron durante la pandemia de Covid-19.
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El estudio muestra que al menos 5% de los adultos sufren de depresión.
Asimismo, la investigación se llevó a cabo por la Universidad de Zhejiang, en China, y los investigadores utilizaron datos de 140,728 personas del banco de datos biomédico del Reino Unido.
El equipo utilizó un modelo de pez cebra al que expusieron en contacto con la acrilamida durante 180 días para entender como está relacionada con los trastornos mentales.
La exposición crónica deterioró la capacidad de exploración de nuevos tanques y objetos, también afectó la sociabilidad de los peces adultos, que comenzaron a demostrar comportamientos similares a la ansiedad y depresión, según la investigación.
Los investigadores también observaron que los peces comenzaron a tener perturbaciones en sus perfiles de comportamiento, que alteraba la preferencia por la luz y la oscuridad (escototaxis).
En los peces, la exposición crónica la acrilamida provocó alteraciones en el metabolismo lipídico cerebral, provocando neuroinflamación, así como desregulando el metabolismo de dos lípidos, los esfingolípidos y los fosfolípidos, que desempeñan papeles importantes en los síntomas de la ansiedad y la depresión.
Con información de CNN
